La preocupación por el mal estado de salud de nuestro planeta es algo que se ha convertido en habitual de un tiempo a esta parte en buena parte de los países que conforman la Tierra. Y es que es evidente que nuestro globo tiene un problema de calado en este sentido. En los últimos 100 años, la calidad del aire ha empeorado de un modo increíble, se han agotado o empezado a agotar recursos naturales muy básicos para los seres humanos y no se atisba un futuro muy esperanzador para todo lo que tiene que ver con la vida humana sobre la superficie terrestre.
Como consecuencia de todo esto, los seres humanos han empezado a tener en cuenta asuntos que puedan contribuir a una mejora en lo que respecta a su calidad de vida. La disminución del consumo de combustibles fósiles es una de las más habituales. La reducción de plásticos, por ejemplo, es otra de ellas. Y la apuesta por adquirir productos que cuiden y respeten nuestro entorno es otra de las que ya son necesarias para el cuidado de nuestros pueblos, nuestras ciudades y nuestros campos. Ni que decir tiene que la importancia de esto es tremenda.
Podríamos decir que la sociedad está mucho más concienciada que antes en lo que tiene que ver con la contaminación y la degradación de nuestro entorno.
- Según una noticia publicada en la página web Interempresas, el 76% de los jóvenes se encontraba preocupado por el cambio climático y el estado del medioambiente. Sin duda, este es un dato que habla bien de las nuevas generaciones y que nos hace tener un halo de esperanza acerca de un posible cambio de tendencia en lo relativo al estado de salud del planeta en el que nos encontramos y que es la más grande de nuestras viviendas.
- Por suerte, podemos decir que este es un tema que no solo preocupa a los jóvenes españoles, sino a toda la población en general. No en vano, una noticia de La Voz de Galicia aseguraba que el 67% de los españoles, dos tercios de los habitantes de nuestro país, estaban preocupados por todo lo que tiene que ver con el estado de salud de la Tierra. Desde luego, está claro que estos porcentajes son importantes pero hay que seguir acrecentándolos de cada a los próximos años. Sería una muy buena señal que así fuera
Uno de los aspectos que más denotan un positivo cambio de tendencia en lo que respecta a la conciencia medioambiental ciudadana es el tipo de productos que adquirimos. Uno de los ejemplos que lo ponen más en evidencia nos lo han puesto en Liquistocks. Sus profesionales nos han indicado que, durante el último Black Friday, las ventas de prendas de ropa y calzado elaboradas con materiales no contaminantes se han disparado como nunca antes había ocurrido. Se trata, sin duda, de un asunto que habla bien de los seres humanos y que debe jugar un papel muy importante para construir un mundo mejor.
Un asunto urgente
Durante muchos años se ha dejado claro, de parte de numerosas organizaciones medioambientales, que el tiempo que teníamos para cambiar las cosas en lo que tiene que ver con el cuidado de nuestra Tierra se empezaba a agotar. Por tanto, está claro que hay que terminar de definir estrategias y modos de actuar ante una situación como la que nos viene encima. Estamos en un momento crítico y, aunque estamos empezando a cambiar las cosas, hace falta una mayor celeridad en la ejecución de esas estrategias si queremos dejar un mundo en condiciones a las generaciones venideras.
Es evidente que la sociedad no puede hacer mucho más de lo que viene haciendo sin la ayuda de las instituciones públicas. Esperamos que los diferentes Estados que conforman la Tierra se tomen en serio todos los protocolos y respeten todos los acuerdos que se toman en las diferentes cumbres. La verdad es que este punto es muy importante y tiene una incidencia muy grande en el éxito o fracaso de esos planes y proyectos que se elaboran con el propósito de terminar con los programas que asolan a la Tierra en el plano medioambiental.
Los próximos años son fundamentales y tenemos que ser conscientes de lo importante que resulta seguir haciendo todo lo posible por no agotar recursos naturales, generar nuevas formas de energía que sean renovables y evitar la degradación de nuestro entorno. Si no hacemos este tipo de cosas, estamos seguros de que vamos a tener problemas de máxima importancia más pronto de lo que nos esperamos. De hecho, ya estamos empezando a padecer esto y quien no se quiera dar cuenta de ello está haciendo un flaco favor tanto a la Tierra como a las personas que la habitan.
