El negocio de la construcción ha sido uno de los que mejor ha funcionado a lo largo del siglo XX en España. No en vano, nuestro país ha visto cómo buena parte de sus ciudades ha ido creciendo y demandando una cantidad mayor de edificios, ya fueran empleados estos como viviendas o como centros de trabajo. Nada tiene que ver esa España que teníamos en los años 50 o 60 con la que nos rodea a día de hoy. La cantidad de edificios que se han levantado desde entonces es simplemente ingente.
El negocio de la construcción sufrió una caída importante en el año 2007 y ha tenido que reinventarse para volver a tener una gran importancia dentro del conjunto de la economía española. Hemos construido tantos edificios que ya no es necesario seguir haciendo más. Lo que realmente hace falta ahora en el interior de nuestras fronteras es que rehabilitemos lo que ya tenemos. Existen muchos edificios en España que se han desgastado como consecuencia del simple paso de los años y no cabe duda de que lo que tenemos que hacer es apostar por esa reforma en lugar de tirar para luego volver a levantar. Es más fácil, más rápido, más barato y más ecológico.
Según una información publicada en la página web del diario El Economista, España tiene la necesidad de rehabilitar 300.000 viviendas al año, una cifra que es muy grande y que pone de manifiesto que los profesionales de la construcción todavía son muy necesarios en este país. El parque residencial, según se comentaba en esa misma noticia, era ineficiente energéticamente y está claro que debemos hacer todo lo posible por conseguir que eso cambie y que construyamos entre todos y todas un entorno que sea mucho más sostenible.
Hace alrededor de un año, el portal web El Mundo Ecológico informaba de que España tenía el reto de rehabilitar de forma sostenible un total de 1’2 millones de viviendas. Ese reto se sustentaba en un Decreto-Ley que ayudaba a los propietarios de las viviendas a descarbonizar sus viviendas de una manera sostenible. Desde luego, hablamos de una de las grandes necesidades de la sociedad moderna y está claro que es a través de proyectos como estos como podemos conseguir aumentar las posibilidades de que nuestra Tierra mejore su estado de salud. Sin duda, necesitamos que así sea si no queremos asistir al mayor desastre jamás visto sobre la faz de nuestro planeta.
Rehabilitar una vivienda se ha convertido en una manera eficaz de apostar por el cuidado de nuestro medioambiente. Las viviendas que necesitan rehabilitación, que son las que fueron edificadas a mediados del siglo pasado, no son eficientes desde un punto de vista ecológico, así que este es un momento perfecto para dar pie a proyectos de rehabilitación que pongan el foco en esa necesidad ‘verde’. Los profesionales de Cubiertas Estévez nos han indicado que buena parte de las personas que apuestan por rehabilitar el tejado de su casa lo hacen con el objetivo de mejorar su aislamiento y conseguir reducir el consumo de calefacción, entre otras cosas.
Las autoridades públicas tienen que favorecer estas actuaciones
Desde el sector público se viene alertando, desde hace años, del peligro que corre la raza humana si no cambia alguno de sus hábitos de consumo. Nosotros somos de los que creemos que hay que hacer todo lo posible por favorecer ese tipo de actuaciones. Y está claro que la mejor manera de hacerlo pasa por subvencionar y ofrecer todo tipo de ayudas para las personas y familias que tomen la decisión de rehabilitar sus viviendas de una manera que sea positiva para el cuidado de nuestro entorno.
Ni que decir tiene que, cuando estemos hablando de un centro de trabajo en lugar de una vivienda, también es necesario que se incentive de manera económica a la empresa que está dispuesta a llevar a cabo ese proyecto. Es de ese modo como podemos conseguir que la conciencia de la gente empiece a cambiar y empecemos a encontrar los mecanismos necesarios para dotar a nuestro planeta del entorno que se merece. Se trata de una necesidad importante y hay que procurar de todas las maneras que cumplamos con todo lo que es necesario para evitar que nuestro planeta siga estando tan enfermo como en las dos o tres últimas décadas.
Está claro que no solo hay que rehabilitar edificios para mejorar el entorno y el medioambiente. Reducir el consumo de combustibles fósiles, impulsar el reciclaje e invertir más en energías renovables son algunas de las obligaciones que debemos tener en mente si queremos cumplir con el objetivo que nuestra economía, sociedad y política debe perseguir: el de construir un mundo mejor, más sano y más habitable para todos y todas.