Una cama articulada siempre llama la atención. Es inevitable reparar en ellas, sea en una vivienda, tienda o en su lugar más habitual, centros sanitarios y hospitales. El hecho de que con solo pulsar un botón se muevan sus diferentes partes de manera independiente, es algo que nunca deja de sorprendernos, por habituados que estemos a este tipo de elementos. Ha llovido mucho desde aquellas primeras camas articuladas que se movían gracias al uso de una palanca que permitía girar los resortes y regular su altura.
Los que ya tenemos una edad, hemos tenido la posibilidad de incordiar a algún enfermo al que visitábamos y con cuya cama, jugábamos. Era algo que no se podía evitar: subir y bajar la cabeza o las piernas. Por aquellos tiempos, el método común para mover las articulaciones que componían el somier, era el manual. Con la llegada de las camas eléctricas, el entretenimiento, aumentaba. Aunque no hay que olvidarse de que la finalidad de estas camas, no es entretener al enfermo o las visitas, es resultar más cómoda para el usuario.
En la actualidad, disponer de una cama articulada en tu domicilio particular, no es una novedad. Ya no es necesario acudir a un hospital o centro sanitario para poder disfrutar de sus ventajas y beneficios. Basta con acudir a una tienda de ortopedia para encontrar todo tipo de camas articuladas, en caso de necesidad. Aunque en realidad, no es necesario reunir requisitos especiales para poder hacerse con una de ellas. Sin embargo, para casos puntuales de necesidad, empresas como Cuidaría, ofrece la posibilidad de alquilar este tipo de camas o elementos de movilidad, cuando surge la necesidad de utilizar alguno de ellos, por causas concretas y durante periodos cortos. Esta alternativa, ha facilitado en gran medida la adquisición de este elemento destinado a facilitar la vida de las personas con mayor grado de dependencia en cuestiones de movilidad. Aun así, adquirir una cama articulada, puede beneficiar a cualquier persona que, sin ser considerada dependiente en algún grado, padezca dolencias que limiten su movilidad en alguna medida.
Dentro de las camas articuladas, encontramos varias modalidades. En este caso, vamos a detallar, las ventajas e inconvenientes que ofrecen las camas articuladas eléctricas.
Ventajas que ofrece una cama articulada
La mayor diferencia entre una cama normal y una articulada, reside en que en la segunda, es posible elegir entre una variedad de posiciones, en función de las preferencias y necesidades del usuario. Las camas eléctricas ajustables, cuentan con al menos dos bisagras que funcionan a través de un motor que hace posible que las diferentes partes que componen la cama, sean levantadas o bajadas de forma independiente entre ellas.
Dentro de los pros o ventajas que encontramos en una cama articulada, encontramos una mayor comodidad. Si las comparamos con las camas normales, una cama articulada eléctrica, proporciona una comodidad mejorada. Esto es así gracias a la personalización de la posición para dormir o descansar que ofrecen. Los usuarios de las camas articuladas, pueden elegir entre los diferentes grados de inclinación que ofrece, lo más habitual es colocarla entre treinta y cuarenta y cinco grados, resultando más cómodo que la posición acostada horizontal.
Otra ventaja que ofrecen las camas articuladas, es el alivio del dolor que proporciona una cama ajustable. Este tipo de camas, puede proporcionar la relevación del dolor crónico que sufren las personas que padecen artritis o ciática, ayudando a mejorar su calidad de vida. Dado que los usuarios pueden alterar y cambiar la posición de la cama en el ángulo que más les convenga, pueden acostarse y descansar en la posición más adecuada para eliminar la presión ejercida en las zonas dolorosas. Proporcionar relajación y descanso en las citadas zonas, permite descansar durante la noche, reduciendo el dolor y mejorando la movilidad.
Por supuesto, proporcionan independencia. La independencia es esencial en nuestra vida, sobre todo, a medida que nos hacemos mayores. Puesto que las camas articuladas ayudan a reducir el dolor y aumentan la movilidad, estos beneficios físicos, generan un estímulo para el bienestar mental de los usuarios. Así, se sienten más independientes y capaces en su día a día. Las personas que padecen dolor crónico, pueden sentirse más fuertes por el simple hecho de que descansar en una cama articulada, alivia y disminuye su dolor, mejorando su movilidad.
Aunque cueste creerlo, las camas articuladas, son perfectas aliadas en la lucha contra los ronquidos. Este mal de muchos, no solo repercute en la persona que ronca, las personas que duermen con ellos, cuentan con una disminución en su calidad del sueño, pues en según que casos, dificulta la conciliación del sueño. La falta de sueño, afecta a la calidad de vida de las personas, por lo que contar con una cama articulada, puede ser una ayuda. Este tipo de camas, combaten los ronquidos al levantar la mitad superior de la cama de la persona afectada. De esta manera, se mantienen totalmente abiertas las vías respiratorias, facilitando el flujo de aire. Los ronquidos se producen cuando los tejidos blandos de la garganta caen, al levantar la cama, se evita esa caída y el consiguiente bloqueo de las vías respiratorias.
Evidentemente, otra de sus ventajas, no puede ser otra que mejorar la calidad del sueño. Al permitir que las personas que padecen dolor muscular o articular puedan descansar disminuyendo sus dolores, el descanso es mejor. En una cama normal, la posición se limita a acostarse horizontalmente, lo que puede inducir el movimiento nocturno para encontrar una posición correcta que elimine esa presión generada en las zonas dolorosas. Con las camas articuladas, la movilidad es mayor y encontrar una posición adecuada es más sencillo.
En contra de las camas articuladas
A pesar de sus múltiples beneficios, adquirir una cama articulada, puede conllevar algunos aspectos negativos que conviene contemplar. Entre ellos, podemos citar la incompatibilidad con los colchones convencionales. Al comprar una cama articulada, es inevitable tener que adquirir un colchón nuevo que sea adecuado para la estructura. Esto hace que el desembolso económico sea mayor. Por suerte, la mayoría de las empresas que se encargan de vender este tipo de camas, proporcionan con la estructura, el colchón adecuado a cada necesidad.
Como es de esperar, se trata de artículos de mayor coste. Las ventajas que ofrecen este tipo de camas, son posibles gracias a la tecnología en la que se apoyan, por lo que el coste de la cama es mayor.
Dentro de la amplia variedad de camas articuladas que podemos encontrar, también existe una amplia variación de la calidad que ofrecen las diferentes fábricas. Este factor, redunda sobre todo en la cuestión tecnológica, donde la calidad del colchón y del motor, puede variar notablemente en función del precio.
En resumidas cuentas, la adquisición de una cama articulada, proporciona grandes beneficios, en comparación con las desventajas que ofrece:
- Mayor confort y comodidad en comparación con una cama tradicional.
- Mejora de la calidad del sueño en varios aspectos como el dolor crónico o los ronquidos.
- Alivio del dolor que producen afecciones crónicas como la artritis o la ciática.
- Mejora de la independencia de las personas con movilidad limitada.
Valorar si hacerse con una cama articulada es lo que más nos conviene, es algo que hay que analizar al detalle, debido a esos inconvenientes con los que cuenta. En cualquier caso, se trata de un artículo indispensable en muchas ocasiones, por lo que también hay que contemplar la posibilidad de recurrir al alquiler.
Para esas situaciones en las que de forma súbita y temporal, se hace necesario disponer de una cama articulada en la vivienda del paciente, esta opción es la alternativa ideal. Según los expertos en la materia, en los casos en los cuales la recuperación del paciente se contempla en un plazo corto o medio que puede estar entre los tres y seis meses, lo más recomendable, es recurrir a un alquiler. Si se trata de una recuperación de mayor duración, quizá, sea mejor contemplar la opción de comprar una cama articulada.
Es muy habitual que las personas que tienen que estar encamadas, no quieran el cambio, pues del hábito nace la costumbre y a cierta edad, los cambios no son bien recibidos. En dichas situaciones, poder optar por un alquiler, es una excelente alternativa. Si luego resulta que el paciente se adapta a su nueva cama, tal vez pueda contemplarse la compra si se prolonga la necesidad de disponer de una cama articulada.
Comprar una cama articulada, es apostar por la comodidad y la calidad de vida, por lo que contemplar esta opción, nunca está de más. Pero también es cierto que si se trata de algo puntual, el alquiler, ofrece muy buenas opciones, la posibilidad de escoger la cama que más te convenga en ese momento y después, volver a utilizar tu cama sin tener que prescindir de ella.
A la hora de elegir la mejor cama articulada para cada paciente, hay que tener en cuenta sus propias características, el cuidador que va a encargarse de su cuidado y el lugar en el que se vaya a instalar la cama. Se trata de una elección tan importante o más, como decidirse por el alquiler o la compra.