La elección del colegio de primaria donde van a estudiar nuestros hijos es una de las decisiones más importantes que tomamos como padres. En ocasiones, para hacer esta elección nos dejamos llevar por argumentos como los equipamientos del centro o si la escuela es pública, concertada o privada. ¿Son estos los criterios adecuados? Como padre que ha pasado por esa situación, quiero compartir contigo algunas orientaciones que pueden serte de ayuda.
Llegada la primavera, los colegios hacen jornadas de puertas abiertas. Los padres podemos visitar los centros educativos e informarnos de cómo funcionan por dentro. Es este el momento adecuado para recabar toda la información posible. Hablar con el equipo directivo, con los profesores, con otros padres que tienen allí a sus hijos. No nos podemos quedar en la visita guiada que ha programado la escuela.
En Barcelona, la ciudad donde estudiaron mis hijos, los padres pueden pre-matricular a los niños en varios centros. Aunque la última palabra no la tiene la familia.
Como indica la página web del Ayuntamiento de Barcelona, los padres seleccionan hasta un total de 10 centros educativos por orden de preferencia. Los colegios cubren las plazas disponibles por orden de recepción y en función de lo que se llaman criterios prioritarios. Es decir, que haya algún hermano matriculado en el centro, proximidad al domicilio familiar o si algún miembro de la familia recibe alguna ayuda por discapacidad o por riesgo de exclusión social.
Es normal que al final al niño se le escolarice en el centro que hemos puesto en segundo o tercer lugar. Ya que nuestra opción prioritaria ha cubierto sus plazas. Esto significa que el control sobre el colegio en el que van a estudiar nuestros hijos no lo tenemos por completo. Aun así, podemos hacer una buena preselección si nos guiamos por ciertos criterios. Quiero advertir, que esta propuesta es del todo personal. No obedece a ningún sistema de elección predeterminado. Los criterios que propongo valorar son los siguientes:
El nivel educativo.
En el barrio, hablando con la gente, podemos descubrir a un primer nivel si el colegio que nos interesa imparte una educación de calidad o no. Esta es una primera orientación, no nos podemos fiar por completo de ella, aunque es bueno escuchar a la gente.
Digo esto, porque a menudo los padres estamos influenciados por ideas preconcebidas. Por prejuicios. Como la percepción de que en los colegios concertados se imparte una educación de mayor calidad que en los públicos. O que los colegios que tienen muchos medios técnicos son mejores que los que no lo tienen. Quiero incidir en esto porque tanto mis hijos como yo estudiamos en colegios públicos de barrio y los tres fuimos a la universidad.
En la medida de lo posible es interesante recabar información fiable y objetiva. Si tenemos acceso a profesores de secundaria es bueno informarnos sobre el nivel educativo que tienen los niños que vienen de diferentes centros.
Después de la primaria viene la secundaria y con frecuencia los alumnos la estudian en centros distintos. Pero sería bueno saber qué porcentaje de niños que estudiaron en el colegio que nos interesa accedieron luego a la universidad o estudiaron módulos superiores de F.P.
Para recabar esta información, en su día, yo me encontraba en una situación privilegiada. La madre de mis hijos es profesora de secundaria y eso me permitió acceder a datos y contactar con personas que de otra manera no me hubiera sido posible.
Valorar la línea educativa del centro.
Esta sí es una información que podemos recoger sin problemas. Para ello tenemos que hablar con el equipo directivo y/o con los profesores. Debemos formularles todas aquellas preguntas que nos preocupan sobre el tema, teniendo en mente cuál es el tipo de educación que queremos para nuestros hijos.
No es complicado conseguir una entrevista con el director o con el jefe de estudios o recabar los datos que nos interesa en una reunión pública. Los docentes están orgullosos del trabajo que realizan y están encantados de compartirlo con los padres.
Algunos padres en estas reuniones abiertas preguntan sobre el comedor o sobre la hora a la que salen los niños al patio de recreo. Nosotros podemos hacer preguntas más profundas que tengan que ver con la filosofía y los valores del centro.
Aquí es importante atender a aspectos como la atención a la diversidad y la educación personalizada. Qué seguimiento va a tener nuestro hijo.
Algunos colegios siguen metodologías alternativas como el método Montessori, con el que puede ser que nos sintamos identificados.
Es importante que haya una coherencia entre los valores del centro y el tipo de educación que queremos darle a nuestros hijos. Si queremos que reciban una educación católica, o preferimos una formación laica. Si queremos una formación inclusiva, adaptada a los cambios que se están dando en la sociedad, o preferimos una educación más tradicional.
Educación integral.
Relacionado con el punto anterior, aunque tiene su autonomía, está el tema de la educación integral. La escuela no solo se dedica a impartir conocimientos, también colabora con los padres en educar a los niños.
En este sentido, el colegio Madre de Dios Ikastetxea, un colegio concertado de Bilbao con más de 75 años de antigüedad, ha puesto en marcha un programa innovador para trabajar la educación emocional en los niños que se llama Programa Cugan. Consiste en que los niños aborden sus emociones desde dibujos, relatos, metáforas y que desde ahí hablen de sus sentimientos. Con este programa han conseguido erradicar la violencia en las aulas, arrinconar fenómenos negativos como el bullying, y fomentar sentimientos como la empatía y la colaboración.
Desde la escuela, si se lo proponen, pueden trabajar aspectos como la integración de los niños en su comunidad. Haciendo que se preocupen por lo que sucede en su barrio o en su ciudad y que aporten a la vida social y cultural colectiva mediante acciones que pueden ser desde hacer grupos de teatro hasta concienciar a los vecinos, con su práctica, en el reciclaje de residuos urbanos.
La educación deportiva, un tema que atrae a muchos niños, puede servir para implantar valores como el trabajo en equipo, la disciplina, el esfuerzo de superación. Después de todo no solo queremos tener unos niños cultos, también queremos que sean solidarios y que tengan sentido crítico.
Sistema de evaluación.
Hay centros que continúan poniendo el énfasis en los exámenes, mientras que otros se inclinan más por la evaluación continua. Que los niños vayan realizando trabajos y ejercicios a lo largo de todo el curso, y desde ahí valorar su progreso académico.
En este sentido, existen colegios que trabajan el porfolio de los alumnos, formando carpetas con el trabajo diario que se realiza en clase y que los padres van revisando cada cierto tiempo.
De esta manera, los padres pueden ver de forma práctica la evolución de sus hijos.
Por otro lado, hay colegios que cuando los niños van rezagados, tienen clases de refuerzo para ayudar a que el alumno se enganche al ritmo que sigue la clase.
Por lo general, todos los colegios hacen adaptaciones curriculares. Diferentes ritmos de aprendizaje en función de las características y circunstancias del niño. Este enfoque, que a priori es justo, se puede convertir en un arma contraproducente si el centro no lo gestiona de manera adecuada. Lo importante, si un niño va un poco atrasado, es que adquiera las herramientas y los conocimientos para ir al unísono con el resto de los compañeros. No crear niveles internos dentro de la misma clase.
Una formación adaptada a los nuevos tiempos.
Otro aspecto a valorar es si el colegio imparte una formación bilingüe y si utiliza nuevas tecnologías en los métodos educativos. Este, desde luego, es un asunto controvertido.
El blog para padres Criar con Sentido Común señala que la educación bilingüe es un asunto que suscita opiniones opuestas dentro de la propia comunidad docente. Esta educación consiste en que ciertas asignaturas se imparten en un idioma extranjero, como por ejemplo inglés, para acostumbrar al alumno a utilizar esta lengua no solo en la materia correspondiente.
Así, por ejemplo, mientras el profesor de primaria, Francisco Serrano, director del documental “La chapuza del bilingüismo” opina que este modelo de enseñanza ha fracasado por completo, bajando el nivel formativo de los alumnos que lo reciben; la Universidad de Granada cierra filas con la educación bilingüe, indicando que está acorde con la situación actual. Ya que en el mercado laboral, para los puestos de trabajo especializados, se exige el dominio de varios idiomas.
Esto también sucede con el uso de medios tecnológicos en las aulas. Cada vez se escuchan más voces opuestas al uso de dispositivos electrónicos en las escuelas. Sin embargo, son herramientas que van a formar parte de la vida diaria del chico a medida que crezca. Es interesante enseñar a los niños desde pequeños que el móvil y el ordenador sirven para mucho más que para chatear, ver vídeos y entrar en las redes sociales.
Informándonos sobre estos criterios, tenemos más herramientas para decidir sobre la enseñanza que van a recibir nuestros hijos.
 
				 
															 
								 
								 
								 
								 
								 
								