Por suerte para el planeta en el que vivimos, el asunto ligado a la protección de nuestro entorno ya está a la orden del día prácticamente en todos los países del mundo. El ser humano ha comprendido que no puede mantener ese ritmo de degradación que venía experimentando en los últimos años, o en las últimas décadas más bien. Es el momento de empezar a cambiar cosas, de empezar a transformar procesos y de empezar a usar nuevas maneras para mantener nuestro nivel de vida sin necesidad de empeorar nuestro medioambiente y todos los indicadores que dependen de él.
Hay algunas maneras de proceder que ya están en funcionamiento y que están generando efectos positivos:
- En muchas ciudades europeas, por ejemplo, se ha limitado la movilidad de los coches más contaminantes, siendo Madrid una de las que ha implementado una política como esta.
- Hay muchos materiales de un solo uso, como el plástico que no es biodegradable, que ya no pueden ser usados en cualquier lugar.
- Se viene realizando una creciente apuesta por las energías renovables, algo en lo que España ha sido pionera y de lo que nos tenemos que enorgullecer.
- Se está promoviendo cada vez más la fabricación de vehículos híbridos o eléctricos con el fin de reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
- Se están imponiendo multas a aquellas empresas o entidades que no cumplen con los estándares relacionados con las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
- Gracias a la potenciación de la tecnología, también se está limitando el consumo de papel, lo cual es una excelente noticia para el mantenimiento de nuestros bosques y zonas verdes.
Ya veis que son muchos los campos en los que se ha empezado a trabajar para limitar los efectos que el ser humano estaba causando en su entorno. Sin embargo, relajarse no puede ser una opción en ninguno de los sentidos. Hay que seguir trabajando y promoviendo mejoras en distintos asuntos para lograr que los resultados sean todavía mejores que los que poco a poco estamos consiguiendo. Seguimos teniendo un margen de mejora y la obligación del ser humano es continuar estrechándolo lo máximo posible para intentar que el estado de salud de nuestra Tierra nos permita ganar en calidad de vida y para que el planeta deje de estar en peligro.
Estamos hablando de un asunto que, no obstante, genera un cierto debate al que no podemos ser ajenos. Y es que hay personas que suelen poner en entredicho toda la política medioambiental que venimos generando entre todos y todas en España. ¿Por qué? Por ejemplo, este tipo de quejas suele encontrar en elementos como las piscinas un inconveniente. Es cierto que se trata de construcciones que requieren de un cierto volumen de litros de agua para ser rellenadas y que cumplan con la función con la que son construidas. Pero, ¿realmente es eso tan negativo para el entorno de nuestro país? Desde aquí creemos que no es uno de los elementos que se puedan considerar perjudiciales.
Según una información publicada por la página web de El Periódico, España cuenta con 1.266.000 piscinas, una cada 37 habitantes. Claro, una persona puede considerar demasiado elevado el número de litros de agua que se destina a llenarlas, pero no suele tener en cuenta otro aspecto que consideramos fundamental, que es el hecho de que la construcción de una piscina suele estar directamente relacionado con el crecimiento en el número de metros cuadrados de zonas verdes que hay en el interior de nuestras fronteras. ¿De qué están rodeadas la mayoría de las piscinas que podemos encontrar en España? De césped o de árboles. Justo lo que necesitamos para hacer frente a la emergencia climática.
La clave en lo que tiene que ver con esa relación entre las piscinas y el estado de nuestro entorno no tiene que ver con el número de las primeras, sino con el mantenimiento del agua de las mismas. Los propietarios de las piscinas tienen una gran responsabilidad y tienen la obligación de hacer posible que el agua que usan para rellenarlas se reutilice año a año para evitar un consumo demasiado elevado de la misma. Eso es lo que se debe promover desde las instituciones y debe ser responsabilidad de cada uno que esto sea así. Cambiar el agua de la piscina año a año sí que es un estropicio tremendo para nuestro entorno… y más si llueve poco.
Una de las acciones que se viene realizando con mayor frecuencia en los últimos años para cuidar del agua de las piscinas y que no tenga que ser reemplazada cada año o cada dos años es cubrir esas piscinas. Son muchos los propietarios de piscinas privadas los que se han venido dando cuenta de esto y que, para conseguirlo, han iniciado las labores para ese recubrimiento. Tanto es así que, según los datos que manejan desde Reycele, las piscinas cubiertas ya suponen un 30% del total de todas las que hay en España, un porcentaje que se estima que va a continuar creciendo de cara a los próximos años y que está permitiendo que la cantidad de agua que se invierte en rellenar estas construcciones sea cada año menor.
Una manera de poder usar las piscinas todo el año
Una cubierta es el mejor medio posible para que una piscina pueda ser usada durante todos los meses del año. Teniendo en cuenta que nadar es una de las actividades que los médicos más recomiendan para mantener al cuerpo activo, es idóneo que podamos contar con una instalación de este tipo también durante los meses más fríos del año. Y creemos que buena parte de las personas que están optando por cubrir sus piscinas lo hacen precisamente por eso. Sin duda, es una de las mejores inversiones que podemos acometer en materia de salud personal y, como hemos visto, también en lo que a la salud del planeta se refiere.
Y ojo, que exista esa cubierta no afecta en absoluto a que en el exterior de la misma se encuentre una buena cantidad de metros cuadrados de zonas verdes. Se trata de una relación que no tiene fin: la piscina y el césped, o la piscina con las plantas, son parejas que no se pueden disolver y que están compuestas de elementos que parece que se llaman entre sí, que se necesitan. Por tanto, no puede ser malo que en España haya el número de piscinas que hemos visto que existe puesto que ello va a llevar aparejada la existencia de unas zonas verdes que quizás no existirían en el caso de que tampoco lo hiciera la piscina a la que acompañan.
¿Cuáles son las ciudades españolas que cuentan con mayor número de zonas verdes?
Seguro que esta es una de las preguntas que os venís haciendo mientras leéis este artículo y reflexionáis sobre su contenido. España cuenta con muchas ciudades que vienen apostando firmemente por ampliar su número de metros cuadrados de zonas verdes. Las que más zonas de este tipo disponen son las que refleja este estudio realizado por el portal web del diario AS. Ciudades como Vitoria, León, Madrid o Pamplona son las que más metros cuadrados de zonas verdes disponen por habitante.
Disponer de zonas verdes en la ciudad que habitamos es una necesidad básica para los seres humanos. Eso contribuye de una manera bastante importante a luchar contra los efectos perversos del cambio climático, además de proporcionarnos espacios en los que podemos jugar con los niños, pasar un rato agradable y alejarnos un poco de todo ese ruido que generan las grandes avenidas por las que circulan vehículos de todo tipo. Cuanto mayor es la cantidad de metros cuadrados de zonas verdes de la que dispone una ciudad, más grande va a ser también la calidad de vida de la que hagan gala sus habitantes.
Hay que tener en cuenta esto que os acabamos de comentar de cara al futuro. Y el futuro es ahora. Las instituciones de todo el país deben ser conscientes de la relevancia que tiene la construcción de zonas verdes en sus municipios y ciudades y de lo importante que resulta proponer cualquier política que tenga que ver con el respeto por la Tierra, por la que es nuestra casa, la que tenemos que proteger de todas aquellas cosas que la amenazan. Esta es una labor que nos corresponde a todas y cada una de las personas que convivimos en su interior.
Ojalá que todo lo que estamos haciendo dé resultados de cara a los próximos años. Es algo que necesitamos como el respirar. Si no conseguimos los objetivos, dentro de unos pocos años la degradación de nuestro entorno ya va a ser irreparable. Y encontrarnos en esa situación no hablará bien de las últimas generaciones que hemos habitado el planeta. Más bien estaremos señalados por los siglos de los siglos. No creemos que este sea el modo en el que queremos que nos vean en un futuro muy lejano, ¿no es así?