La hostelería se ha puesto a la cabeza en la implantación de prácticas de consumo responsables. Prácticamente, todos los bares y restaurantes sirven la comida y bebida para llevar en envases ecológicos. Poniendo en marcha una economía circular beneficiosa para el planeta.
El sector de la hostelería se encuentra sensibilizado con el cuidado del planeta. Así nos lo comenta Jaume, un hostelero que regenta un restaurante en Valencia. Me dice que cuando se impuso la sustitución de los envases plásticos por otros reciclables, a él, personalmente, le pareció una buena idea. Por lo que ha podido comprobar, en el sector no ha habido ningún problema para adaptarse al cambio. A día de hoy, casi todos los restaurantes utilizan envases ecológicos.
El restaurante de Jaume se introdujo en el take away durante el confinamiento del COVID-19. Los largos periodos de cierre en el sector de la hostelería para evitar contagios les obligó a introducirse en la práctica de la comida para llevar para mantener el negocio a flote. Desde entonces, aunque no es su actividad principal, todos los días tienen servicios de comida para llevar.
El problema, nos cuenta Jaume, se encuentra en la provisión de envases. El proveedor de café les abastece de vasos reciclables de celulosa para el café. El de refrescos les vende vasos más grandes. Pero cuando tienen más demanda de lo habitual de comida para llevar o les contratan para un cáterin, a veces han tenido que recurrir a un bazar para proveerse de envases.
Me cuenta que no hay proveedores que les suministren envases periódicamente y a buen precio. O al menos, él no los ha encontrado. Para resolver este problema recurre a internet. Ya ha hecho varios pedidos a Hostelería Club, una tienda online andaluza que abastece de artículos y maquinaria a bares y restaurantes de toda España. “No hay nada peor” – me dice – “que le digas a la gente que prestas un servicio y no lo puedas dar porque no tienes el material adecuado.”
Conozcamos un poco más la relación que se ha establecido entre el Take Away y la economía circular.
El origen del Take Away.
La comida para llevar, en realidad, ha existido desde la antigüedad. Desde la época de los romanos, si no antes, en los mercados ya existían puestos de comida callejera. Paradas en las que se cocinaban los productos y se vendían para que la gente se los pudiera comer en su casa o allí mismo.
En algunas partes de China y de Indochina (Laos, Vietnam, Camboya) es una práctica habitual. De hecho, en las casas no hay cocinas, y la gente se alimenta con los productos cocinados que han comprado en puestos callejeros.
En algunos países de Iberoamérica, los vendedores de comida para llevar recorren las calles vendiendo sus productos. En la película “Nazarín”, rodada por Luis Buñuel en México en 1959, un vendedor ambulante pasa por los barrios pobres vendiendo tamales para llevar.
La página web Jack the Pepper señala que el concepto moderno “Take Away” aparece en Nueva York en 1912. Cuando una cadena de restaurantes presentaba la comida detrás de una vitrina de vidrio y los clientes hacían cola para comprarla por ventanilla.
Un planteamiento muy neoyorquino. Donde los comensales acostumbran a ir a los restaurantes y piden al camarero que les guarde lo que les ha sobrado en el plato en un Tupper para luego comérselo en casa o porque el tiempo se les ha echado encima y tienen que regresar a la oficina.
El estilo de vida tan ajetreado que llevamos en la actualidad ha puesto de moda el “Take Away”, recuperando modos de consumo que se pierden en el tiempo.
Los envases.
Desde luego, con este estilo de consumo, la cantidad de residuos se multiplica. Una parte importante de la basura que generamos son envases. Se sirven las comidas en raciones individuales, dentro de envases desechables. El Take Away es una comida de urgencia. Encargas comida para llevar porque llegas cansado del trabajo y no te apetece cocinar o porque te ha surgido un imprevisto. No vas al restaurante con el envase de tu casa.
Los envases de comida para llevar deben ser económicos. Ya que el restaurante lo entrega sin aumentar el precio del producto, por lo que su coste es asumido íntegramente por el establecimiento.
Durante mucho tiempo, el plástico ha sido el material que permitía prestar este servicio. La cantidad de plásticos que en los últimos años tirábamos a la basura lo ha convertido en un problema preocupante para la supervivencia del planeta. Ahora los envases plásticos se han sustituido por otros materiales reciclables que, en gran medida, provienen de residuos reciclados.
Lo primero que nos llamó la atención fue el uso de vasos de cartón (celulosa) para pedir el café para llevar en los bares. Salir un momento al bar y pedirnos un café para llevárnoslo al trabajo es una práctica habitual entre muchos trabajadores. Necesitamos tomarnos un café para mantenernos despiertos y rendir en el puesto de trabajo. No vamos a interrumpir la jornada laboral para tomarnos un café de urgencia. Algunos de nosotros bebemos hasta 3 cafés a lo largo de la mañana.
Ahora, las raciones de comida para llevar también se sirven en envases reciclables. Están de tratados de tal manera que mantienen la temperatura del producto (calor o frío) durante bastante tiempo. Algunos de estos envases se pueden meter en el microondas.
Una novedad en el sector es la utilización de envases de aluminio para postres. Son como las tarrinas en las que se venden los flanes en el supermercado. Tienen la ventaja de que el producto, nada más hecho, se puede guardar en el envase y conservarlo en la cámara frigorífica. Una vez consumido, el envase se tira al contenedor amarillo y se puede reciclar.
Características de los envases.
La web The Circular Campus informa que el uso de los envases de comida para llevar está bastante regulado. Tanto por medio de Directrices de la Unión Europea como por la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, Ley 7/2022, de 8 de abril y distintos decretos ley de desarrollo.
Los envases han de cumplir las siguientes características:
- Deben estar fabricados con materiales aptos para uso alimenticio.
- Han de ser ligeros para facilitar el transporte y reducir las emisiones de CO₂
- Deben ser ergonómicos, fáciles de manipular y abrir por parte de los clientes con sus manos.
- Deben ser seguros. Han de estar tratados de tal manera que eviten fugas y mermas del producto durante el transporte.
- Deben ser apilables. Para facilitar su transporte y almacenamiento.
- No deben romper la cadena de frío o de calor.
- Tienen que ser reciclables. Priorizando aquellos que están fabricados con un solo material.
Certificado FSC.
En Europa, los envases de celulosa en los que se sirven las comidas y bebidas take away deben tener el certificado FSC. Es un sello concedido por la Unión Europea al fabricante que certifica que la fabricación del envase se ha hecho respetando el medioambiente.
Los europeos reciclamos el 72% del papel que consumimos. El 90% de los periódicos impresos se imprimen en papel reciclado. A pesar de ello, el volumen de papel reciclado es insuficiente para cubrir nuestras necesidades. Por lo que las fábricas papeleras europeas se abastecen de los llamados bosques certificados.
Son bosques artificiales que se gestionan bajo el control de las autoridades. Por cada árbol que se corta para obtener celulosa, la empresa debe plantar, como mínimo, uno nuevo. La idea es que la madera necesaria para fabricar cartón provenga exclusivamente de árboles replantados, de forma que no se toque para nada el ecosistema natural.
Estos bosques son como tierras de cultivo, en los que en lugar de plantar alimentos, se plantan árboles para fabricar muebles o celulosa, protegiendo de esta manera el ciclo natural. Estos árboles expulsan oxígeno, limpian el aire y permiten que se forme la vida en la plantación. Favoreciendo la presencia de otras especies de plantas y animales en la zona.
Existen 3 tipos de certificaciones FSC. El sello FSC 100%, FSC Reciclado y FSC Mix.
El FSC 100% indica que la celulosa con la que está fabricado el envase proviene íntegramente de bosques controlados. Refleja, por tanto, un compromiso del fabricante con la protección del medioambiente. El uso de este sello no es una concesión gratuita. Las autoridades europeas llevan una estrecha vigilancia de la producción y reforestación. La empresa debe enviar documentación precisa cada mes sobre sus actividades y las autoridades se reservan el derecho de comprobarlas por medio de inspectores medioambientales.
En el FSC Reciclado, como su propio nombre indica, los envases provienen de materiales reciclados o reutilizados al 100%.
El sello FSC Mix señala que la celulosa del envase proviene de una mezcla de papel o cartón reciclado y celulosa de primera fabricación proveniente de madera controlada. Es el origen más habitual de los envases que utilizamos. Si bien, por lo general, desconocemos que porcentaje de material es reciclado y cuál procede de árboles.