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El reto de la neuropsicología

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Las neurociencias están cobrando cada vez mayor relevancia en todos los ámbitos con los que se relaciona. Esta rama científica se encarga de estudiar y evaluar el sistema nervioso y todo lo que con él se relaciona: estructura, función, desarrollo ontogenético, bioquímica, etc. Esta rama de la ciencia y la medicina se ramifica en diferentes tipos que se centran en unos aspectos concretos del sistema nervioso y su funcionamiento. Cada una de las ramas, aporta un conocimiento que ayuda a comprender mejor el sistema nervioso y su relación con la mente y el comportamiento de las personas.

Este campo, muestra un gran interés en comprender y estudiar la relación existente entre el cerebro y la conducta humana a través de la neuropsicología clínica. En este caso, se trata de una rama de las neurociencias combinada con una rama de la psicología. Por lo que tenemos una disciplina específica que se centra en la evaluación y el tratamiento de las alteraciones cognitivas, emocionales y conductuales que presentan las personas en función de las enfermedades, lesiones o daños que sufre su sistema nervioso central.

Para muchos, la neuropsicología todavía es esa gran desconocida cuya función no logran comprender. Por esa misma razón, no hemos dudado en consultar con un profesional y experto en la materia del Centro de Psicología Animus para elaborar este post sobre la neuropsicología y el reto que supone o los retos con los que se encuentra.

El objetivo principal de la neuropsicología clínica reside en comprender en qué medida y de qué manera, afectan las alteraciones cerebrales a la conducta humana. A través de esa comprensión es posible averiguar cómo se pueden tratar dichas alteraciones para contribuir en la mejora de la calidad de vida de las personas. En otras palabras, un neuropsicólogo clínico se dedica a evaluar y diagnosticar las enfermedades neurológicas que afectan a otros aspectos como la cognición, el comportamiento y las emociones del individuo, como sucede con la enfermedad de Alzheimer, la esclerosis múltiple o un accidente cerebrovascular, entre otras muchas.

La función del neuropsicólogo

Lo primero que debe hacer un neuropsicólogo es llevar a cabo una completa evaluación de la persona. En esa evaluación debe determinar la existencia de alguna alteración de carácter cognitivo, emocional o conductual. Las evaluaciones consisten en la realización de una serie de pruebas estandarizadas y diseñada para medir el rendimiento cognitivo en áreas como la memoria, la atención, el lenguaje, el razonamiento y la percepción. Si es necesario o el profesional lo considera, puede utilizar otras técnicas de neuroimagen que permiten evaluar la estructura y función cerebral para detectar posibles daños o lesiones.

Una vez se obtienen los resultados, el neuropsicólogo realiza un diagnóstico y desarrolla un plan personalizado para el paciente. Dentro de los tratamientos puede incluirse terapia cognitivo conductual, terapia ocupacional, terapia del lenguaje u otras intervenciones adecuadas para cada necesidad. Los neuropsicólogos no trabajan solos, suelen hacerlo en colaboración con otros profesionales como psiquiatras o terapeutas ocupacionales, de tal modo que el paciente reciba todos los cuidados y atenciones que requiere su dolencia. Al mismo tiempo puedes encontrar un neuropsicólogo, trabajando con un equipo médico ejerciendo la función de informante sobre el pronóstico y progreso de la enfermedad.

En resumen, la función de un neuropsicólogo, consiste en realizar un diagnóstico y tratar las alteraciones cognitivas, emocionales y conductuales de un paciente, con la finalidad de mejorar su calidad de vida. Los conocimientos especializados que posee un profesional de la neuropsicología permiten que desarrollen los planes de tratamiento personalizados para cada caso y trabajar con otros profesionales de la salud.

A la hora de valorar el estado del paciente, los neuropsicólogos, centran sus esfuerzos en evaluar una serie de funciones cognitivas y emocionales en la persona, con objeto de identificar cualquier mínima alteración existente y relacionada con una enfermedad neurológica o lesión cerebral. Algunos de los aspectos que se valoran en la consulta del neuropsicólogo incluyen la memoria, la atención, o el lenguaje, entre otros.

Para evaluar la memoria, el profesional se centra en la capacidad del individuo para retener y recuperar la información en corto y medio plazo. En el caso de la atención, se evalúa la capacidad para mantener la concentración y la atención mientras se realiza una tarea durante un tiempo prolongado. A la hora de valorar aspectos como el lenguaje, se evalúa la capacidad de comunicación, es decir el habla, la comprensión y la capacidad para leer y escribir.

También se evalúan aspectos como la función ejecutiva, es decir, la capacidad para planificar, organizar y ejecutar tareas complejas; la percepción que permite comprobar la capacidad que tiene el individuo para percibir y entender la información visual y espacial, así como la construir formas y objetos. Por último, se valoran las funciones emocionales, evaluando la capacidad del individuo para regular las emociones y gestionarlas, así como su capacidad de comprensión y respuesta hacia las emociones ajenas.

Aparte de todas estas evaluaciones necesarias para realizar el diagnóstico, se valora la gravedad de la enfermedad neurológica y la extensión del daño. En este aspecto se utilizan técnicas de neuroimagen avanzada, como resonancias magnéticas, tomografías y otros métodos de diagnóstico por imagen que permiten comprobar los daños físicos que afectan al cerebro u otras partes del sistema nervioso central.

La neuropsicología trabaja sobre un amplio campo de funciones, las cognitivas y las emocionales, así como sobre la gravedad y alcance de la enfermedad neurológica o la lesión cerebral. Realizar una evaluación exhaustiva de todas estas funciones es esencial para poder llegar a una conclusión y establecer un diagnóstico concreto y su consiguiente tratamiento.

Una disciplina, varios enfoques

La neuropsicología cuenta con varios enfoques que hacen posible el abordaje de las relaciones desde diferentes aspectos. Esto permite centrarse en cada parte en concreto para lograr una visualización global del problema. Algunos de los enfoques con mayor relevancia son los siguientes:

  • El enfoque clínico que se centra en evaluar los trastornos neuropsicológicos. Los neuropsicólogos clínicos utilizan diversas pruebas y realizan diferentes evaluaciones para identificar los problemas que puedan existir en el funcionamiento cerebral y cognitivo para desarrollar el plan de acción o tratamiento que haga posible lograr mejoras en los pacientes, e incluso, recuperar sus habilidades cognitivas.
  • Desde el enfoque cognitivo, se focaliza la cognición y la manera en la que esta se relaciona con la estructura y función cerebral. Los profesionales que trabajan en este enfoque, muestran un interés mayor en el modo en el que el cerebro procesa la información en el cerebro, la almacena y se recupera. Así como la manera en la que se toman las decisiones.
  • Otro enfoque es el neuroanatómico, en cuyo caso se pone el foco en la estructura cerebral y su organización. Se valora la relación existente entre la estructura del cerebro y las funciones cognitivas y conductuales.
  • Un enfoque experimental, se sirve de métodos experimentales para observar la relación entre el cerebro y la conducta. Técnicas de estimulación magnética transcraneal o electroencefalografía, permiten observar la función cerebral en el momento.
  • El enfoque evolutivo se centra en las capacidades cognitivas y conductuales y su desarrollo a lo largo del tiempo. En este sentido lo que interesa es comprobar como la evolución ha influido en las estructuras y funciones cerebrales, así como en qué medida este hecho, ha afectado a las habilidades cognitivas y conductuales de los humanos.

Evidentemente, el enfoque más utilizado es el enfoque clínico. Este cuenta con una amplia batería de pruebas que hacen posible evaluar la precisión y velocidad a la que una persona es capaz de realizar tareas. Se mide la memoria, la atención, el lenguaje, la función ejecutiva, la resolución de problemas y las funciones emocionales, como ya hemos comentado con anterioridad. Técnicas como la resonancia magnética, permiten a los profesionales observar la actividad que realizan las diferentes funciones cerebrales. Es posible comparar los patrones de actividad de pacientes con cerebros normales, diagnosticar mejor las afecciones y valorar las lesiones traumáticas que afectan al cerebro.

La finalidad de la neuropsicología clínica es ejercer como herramienta de diagnóstico y de esa manera, mejorar el funcionamiento y bienestar de los pacientes. Evaluar, diagnosticar, tratar y rehabilitar a los pacientes que padecen problemas cognitivos o conductuales es el objetivo de los neuropsicólogos clínicos.

Utilizando una combinación de técnicas de pruebas psicológicas, imágenes cerebrales, tratamientos psicológicos y estrategias de rehabilitación, los especialistas son capaces de obtener y proporcionar una visión única respecto a la relación que existe entre la función del cerebro y el comportamiento de la persona. Esto hace que la neuropsicología clínica se haya convertido en una herramienta de gran valor a la hora de ayudar a los pacientes a superar o gestionar los diferentes trastornos neurológicos y psicológicos que pueden padecer, de tal manera que puedan llevar una vida productiva, plena y satisfactoria.

Esta rama de las neurociencias, es un campo de estudio relativamente reciente en el que se combina la neurociencia con la psicología clínica, para ofrecer diferentes enfoques y campos de estudio que ayuden a comprender la compleja relación existente entre el funcionamiento del cerebro y el comportamiento humano. La finalidad, mejorar esa relación tan importante cuando este dañada y lograr un mayor bienestar para las personas afectadas. En resumen, todo un reto.

 

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